Gálatas 5.25-26

Auxílio homilético

19/09/1982

Prédica: Gálatas 5.25-26; 6.1-3,7-10
Autor: Jürgen Denker
Data Litúrgica: 15º. Domingo após Trindade
Data da Pregação: 19/09/1982
Proclamar Libertação - Volume: VII

 

I — Asociación

Existen dos clases de compasión. Una cobarde y sentimental que, en verdad, no es más que Ia impaciencia del corazón por librarse Io antes posible de Ia emoción molesta que causa Ia desgracia ajena, aquella compasión que no es compasión verdadera, sino una forma instintiva de ahuyentar del alma propia Ia pena extrana. La otra, Ia única que importa, es Ia compasión no sentimental pero productiva, Ia que sabe Io que quiere y está dispuesta a compartir un sufrimiento hasta el limite de sus fuerzas y aún más allá de ese limite. (Zweig, p.178)

II — Introducción

Me parece que el problema del pasaje es el siguiente: Hay que leer Ias amonestaciones dentro del contexto de Ia carta, o son reglas generales que no dicen relación con el problema entre Pablo y los Gálatas?

El problema se refleja en Ia comprensión del v.25. Pone Pablo su énfasis en el espíritu o en el verbo?

Si es que el verbo Ileva el acento entonces Pablo se refiere a Ia oposición entre Ia mera afirmación de vivir en el espíritu y Ia realización de una vida en el espíritu. La posición del KAI delante del verbo pa¬rece apoyar esta interpretación; consecuentemente Ia prédica tendría que reflexionar sobre Ia diferencia entre nuestras palabras, es decir, nuestra dogmática, y nuestros actos, es decir, nuestra ética. Las exhortaciones siguientes en este caso serían pautas para realizar Io que afirmamos en Ia dogmática.

Si es que Ia palabra espíritu Ileva el acento de Ia frase, Pablo se refiere a Ia oposición entre espíritu y ley. Pablo quiere decir: si ustedes saben y afirman que viven por el espíritu, entonces vivan también en él y no traten de vivir en Ia ley. La posición de KAI después de PNEUMATI parece contradecir esta interpretación, pero Pablo usa aquí una forma retórica, repitiéndo Ia palabra PNEUMATI, y de tal manera KAI es colocado después de su palabra de referencia. Consecuentemente Ia prédica tendrá que reflexionar como se expresa Ia diferencia entre Ia vida en el espíritu y Ia vida en Ia ley. Las siguientes exhortaciones describen esta nueva realidad de Ia vida en el espíritu contra Ia vida antigua en Ia ley.

¿Cómo decidirse? Becker (p.74) dice que Pablo sigue su costumbre de poner algunas exhortaciones al final de su carta y así no se debe interpretar estos versículos a Ia luz del contexto de Ia carta. Por eso prefiere Ia primera interpretación. Yo no puedo convencerme de que un lector. escuchando Ia palabra espíritu al final de Ia epistola, no Ia asociaria en oposición a ley. Compare Ias oposiciones en 3.2: ¿Recibistéis el espíritu por Ias obras de Ia ley o por Ia fé en la predicación? (también 3,5; 3,13ss; 5,18). También Ia forma retórica me hace pensar en una interpretación a Ia luz de Ia oposición espíritu-ley. La cláusula condicional tiene: verbo más PNEUMATI, Ia cláusula posterior: PNEUMATI más verbo, enfatizándose Ia palabra espíritu por Ia repetición y Ia palabra KAI, en forma postpuesta.

La vanagloria de Ia cual habla Pablo en el versículo siguiente (5,26) también hace pensar en Ia oposición espíritu-ley. La gloria está relacionada con Ia exigencia de Ia ley de circuncidarse (v.13). Pablo califica esta gloria de sus adversários como vanagloria pues ella desconoce Ia naturaleza del espíritu de Cristo. Así que podemos imaginamos que los adversários de Pablo se gloriaban de su condición de estar circuncidados, cumpliendo de tal manera con Ias exigências de Ia ley. Por médio de esta prédica los Gálatas quedaban desafiados de dejarse circuncidar y de tal manera surgieron distinciones y envidias entre los que participaron plenamente en Ia salvación y aquellos que no gozaban de Ia plena comunión pues les faltaba el requisito de circuncisión.

Si el cumplimiento de Ia ley, de Ias normas, es Ia base de Ia dignidad de una persona, comienzan Ias peleas. Pero el espíritu de Cristo no es de pelea, sino de mansedumbre (6.1). Pablo no rechaza el reprender el mal, sino destaca Ia base de tal procedimiento. Pues no se condena al hermano por su falta a Ia ley, sino que se corrige al hermano porque no corresponde al espíritu dado por Cristo. No creo que Pablo use aquí Ia palabra espirituales en un sentido irónico. El espíritu es Ia norma que guia a los cristianos. Asi les recuerda de su propia condición de solidaridad con el hermano que haya faltado y en este mismo senti¬do finaliza este versículo.

El espíritu divino conduce a los cristianos a una conducta firme, pero no-agresiva. La insistencia en Ia ley produce agresividad. Pues Ia norma exige, impone, con ella se mide el rendimiento. Así sucede también en Ias comunidades de Galacia, en Ias que Ia imposición de Ia ley Ileva a Ia exigência de rendir bien, a Ia envidia, a Ia agresividad de Ia competência religiosa. El desprecio de los fariseos por los que no cumplen con toda Ia ley, por el AM-HA-AREZ, es un ejemplo de tal agresividad. El espíritu de Cristo a su vez conduce a una conducta no-agresiva. Así Ia solidaridad con el hermano que haya sido sorprendido en alguna falta corresponde al espíritu de Cristo (6,2). Pues ella se pone en el camino del hermano.

No sé si el término Ia ley de Cristo es una consigna de los ad¬versários de Pablo para los que Ia ley habia sido reformada por Cristo. Para Pablo este término tiene de todos modos un significado muy dife¬rente. En Ia experiencia del espíritu de Dios, p.ej. en Ia oración obrada por el espíritu, Ia comunidad cristiana siente que tiene libre acceso a Dios. Quien puede acercarse a Dios es justo. Así el problema de Ia justicia y Ia ley se soluciona por Ia participación en el espíritu de Cristo, el resucitado. La ley de Cristo es Ia vida en el espíritu. Asi entiendo el v.2: Ia solidaridad con el hermano, sobrellevar Ias cargas, esta manera no-agresiva de corregir al hermano que faltare es expresión de Ia participación en el espíritu. Al fondo el v.2 no es sino una confirmación de Ia tesis en 5.25: Si tenemos vida en el espíritu, también en el espíritu debemos andar. Como en toda Ia carta, Pablo insiste en Ia unión entre salvación y ética. En el espíritu de Cristo somos salvados y Ia conducta del cristiano se realiza en este mismo espíritu. La imposición de Ia ley significaria Ia negación de Ia unión entre ética y salvación y desembocará en Ia negación de Ia fuerza salvadora del espíritu en pro de Ia ley como fuerza salvadora. En cap. 3 Pablo Io dice con bastante nitidez.

El versículo 3 tiene Ia misma función como el final del v.1. Motiva Ia exhortación en v.2. El v.3 refleja Ia misma experiencia como Rm 2, 17ss. Se puede jactarse de haber cumplido con Ia ley, por ejemplo de haberse circuncidado, y sin embargo ser infractor de Ia ley. La regla general a Ia que Pablo se refiere aqui — uno que quiere parecer más de Io que es — puede ser comprendida de manera especial en el conflicto en Ias comunidades de Galacia: Si los Gálatas piensan poder jactarse de Ia ley que ahora les daria plena salvación y justicia, se equivocan; pues Ia ley los vá a declarar infractores. No puede ser Ia ley el principio de Ia nueva vida sino el espíritu de Cristo, el espíritu de mansedumbre.

De manera similar pueden interpretarse los versículos 4-6. No sé por qué fueron omitidos estos versículos. 5,6 normalmente es difícil de interpretar en su contexto. Se puede entender este versículo en el sentido de que el alumno tenga comunión con su instructor en todas Ias cosas buenas. En este caso Pablo estaria fundamentando sus exhortaciones anteriores: Tengan participación en Ia salvación tal como yo, por medio del espíritu, y no por médio de Ia ley como enseñan los adversarios.

A esta razón por Ia cual Pablo fundamenta su llamado a andar en el espíritu, agrega otra en v.7. Subraya Ia seriedad de sus exhortaciones con una alusión al juicio final. Con su adhesión a Ia ley los Gálatas en realidad resisten al espíritu divino, y para esta resistência no hay perdón (Lc 12,10). Una ética que considera Ia ley como su punto de partida resiste al espíritu y condena al hombre a Ia corrupción. Esto es muy lógico pues es el espíritu el que da Ia nueva vida, Ia vida en presencia de Dios; y no Ia ley.

Hacer el bien — esto es hacer Ias obras que produce el espíritu, y espiritual es aquel que hace el bien. Así no puede haber dos princípios: uno para Ia ética y otro para Ia experiência de Ia salvación. El principio de Ia salvación es el mismo como el de hacer, de Ia ética: el espíritu.

III — Reflexión

Pablo habla de alguna falta en que el hermano fuere sorprendido. En los barrios altos de Santiago de Chile son especialmente los problemas familiares y matrimoniales que ocupan toda Ia atención de los pastores; en los barrios marginales son los problemas que se originan en Ia miséria y marginación. No se puede negar que muchas veces estos problemas se deben a Ias estructuras en que Ias familias viven, aun en los barrios altos en que Ia presión de mantener el status social, o Ia facilidad de la vida suntuosa, producen fuertes tensiones en Ias familias. En su comprensión del pecado Pablo reconoce este aspecto. Sin embargo él insiste en Ia responsabilidad personal de cada uno. La tentación de liquidar esta paradoja fijándose unicamente en Ia responsabilidad de Ias estructuras o del individuo es muy grande. La predicación cristiana debe mantener esta tensión a Ia luz del testimonio bíblico. En tal paradoja se pueden evitar los riesgos de Ia posición de un moralista que condena al que haya faltado, o de Ia posición de un idealista que solo encuentra Ia culpa en Ias estructuras y nunca debe buscar el cambio personal. En tal tensión entre responsabilidad personal y colectiva, se puede Ilegar a vivir en verdadera solidaridad, en espíritu de mansedumbre, con el hermano que haya faltado. Así Io señala el giro no sea que tu también seas tentado.

En nuestras comunidades — por Io menos Ias urbanas — pocas veces se da el caso de que un hermano sea sorprendido en una falta. Y muchas veces no tenemos que ver con una falta de un hermano de Ia Iglesia, sino de un contemporaneo. Así que Ia prédica,no necesita fijarse en el pecado. El texto mismo tampoco Io hace. Se fija más bien en Ia actitud del cristiano frente al mal. A diferencia con un mundo en que impera Ia fuerza, especialmente Ia del estado en América Latina, los cristianos mantienen una actitud no-agresiva, pero transformadora (el espíritu de mansedumbre).

Zweig muestra esta solidaridad transformadora en su novela Impaciência de corazón.

En un pueblo de Ia antigua monarquia austríaca un joven oficial conoce a una joven de Ia sociedad y sintiendo misericordia por Ia cojera de ella, Ia visita regularmente cada dia después del servicio. Ella se enamora de él. Pero él no está dispuesto a casarse con ella. Su misericordia no es capaz de hacerse solidário. Huye del pueblo y ella se suicida. En el trasfondo del relato aparece otra pareja antitética. El médico que atiende a Ia inválida viviendo en Viena en un modesto ambiente está casado con una mujer ciega. Se habia casado con ella al darse cuenta que solamente por Ia via del matrimonio Ia podía ayudar y preservar del suicidio. El tiene este espíritu de mansedumbre que le permite esta solidaridad más allá de los limites de sus fuerzas. ¿Hay que retar al joven oficial de que no tenía tal fuerza de solidaridad? Zweig Io hace reconocer su debilidad. La novela es como una gran confesión de culpa. Sin embargo, talvés le ha faltado una persona a su lado que pueda aconsejarlo y Ilevarlo a una decisión y voluntad favorable para Ia mujer coja. Es seguro que muchas veces respondemos a Ias esperanzas a pesar de que no se puede imaginarse en un principio como se podrá responder. En el camino Dios nos da sus fuerzas para cumplir. El don del espíritu — recuerdo que el amor es el don supremo del espíritu según l Cor 12,31ss — hace posible tal solidaridad. Por eso Pablo Ilama a los Gálatas espirituales.

No hay que retar al joven oficial. Esto seria fuera del enfoque de nuestro texto. Más bien, hay que maravillarse al poder observar tal fuerza de solidaridad. La parénesis de Pablo en Gálatas no quiere retar por Ias faltas, sino orientar a los hermanos hacia Ias fuerzas salvificas que procuran vida. No hay que retar a alguien porque no tiene ciertos dones, sea de Ia ley, sea del espíritu, sino que hay que aspirar a los dones supremos del espíritu como Pablo hace ver en l Cor 12-14. De tal manera me podria imaginar que en el sermón se medite acerca de Ias maravillas que Ia congregación experimenta en su obra social en que trata de vivir esta solidaridad de mansedumbre que transforma y así procura vida.

IV — Subsidios litúrgicos

1. Confesión de pecado: Señor, nuestros contemporâneos nos piden solidaridad para con ellos. No pueden ver a Cristo sino en Ia manera humilde con Ia que nosotros los acompañamos. Queremos ver esta búsqueda como un desafio a nosostros de ser tus testigos. Pero te confesamos que muchas veces fracasamos. No podemos ser solidários de tal manera como nuestros semejantes Io necesitan. El alcohólico que necesita ser acompañado Ias 24 horas. Los hermanos en el barrio marginal que necesitan tanta dedicación. La esposa que se encuentra encarcelada en su matrimonio y el enfermo de muerte que no encuentra más sentido en su vida. Siempre faltamos en nuestra solidaridad. Es nuestra limitación que nos duele. Y asi el juicio duro: los del barrio marginal son los rotos, los flojos, y los del barrio alto son los que no tienen compasión. Son más fáciles tales juicios que vivir Ia solidaridad con espíritu de mansedumbre. Te Io confesamos, Señor, como nuestra falta. Señor, ten piedad de nosotros.

2. Proclamación de gracia: Así dice Dios: Buscaré Ia oveja perdida, tornaré a Ia descarriada, curare a Ia herida y sanaré a Ia enferma. (Ez. 34, 16)

3. Oración de colecta: Padre, nos presentamos ante ti como tu pueblo, los fuertes y los débiles, los ricos y los pobres, los que tenemos problemas y los que buscamos un momento de tranquilidad. Todos esperamos que tu nos unas como tu pueblo y que nos hables a nosotros ahora. Habia con cada uno de nosotros para que podamos encontramos con nuestros semejantes en espíritu de mansedumbre. Te Io pedimos en el nombre de tu hijo que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, siempre un solo Dios, por los siglos de los siglos.

4. Acerca de Ia oración general: Los temas especiales de Ia oración dependen de los problemas propios de Ia congregación en su vida solidaria. Si Ia congregación se desenvuelve en un trabajo de desarrollo social se puede pedir Ia fuerza de solidaridad y comprensión entre todos. Si hay divisiones en Ia congregación Ia oración puede girar alrededor del juicio duro con que se descalifica a los otros hermanos y alrededor de Ia búsqueda común por Ia verdad y unión en el espíritu de mansedumbre.

V — Bibliografia

- BECKER, J. Der Brief an die Galater. En: Das Neue Teslament Deutsch 8. Goettingen, 1976.
- LUTHER, M. Kommentar zum Galaterbrief. En: Calwer Luther-Ausgabe 10. München y Hamburg, 1968.
- SCHLIER, H. La carta a los Gálatas. En: Biblioteca de Estúdios Bíblicos 4. Salamanca, 1975.
- ZWEIG, S. Impaciência de corazón. En: Biblioteca de Obras Famosas 44. Buenos Aires, 1945.


 


Autor(a): Jürgen Denker
Âmbito: IECLB
Natureza do Domingo: Pentecostes
Perfil do Domingo: 16º Domingo após Pentecostes
Testamento: Novo / Livro: Gálatas / Capitulo: 5 / Versículo Inicial: 25 / Versículo Final: 26
Título da publicação: Proclamar Libertação / Editora: Editora Sinodal / Ano: 1981 / Volume: 7
Natureza do Texto: Pregação/meditação
Perfil do Texto: Auxílio homilético
ID: 14621
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