Deuteronomio 34.1-12

Auxílio Homilético

01/03/1992

Prédica: Deuteronômio 34.1-12
Leituras: 2 Coríntios 4.3-6 e Lucas 9.28-36
Autor: Eugenio Araya
Data Litúrgica: Último Domingo após Epifania (Transfiguração)
Data da Pregação: 01/03/1992
Proclamar Libertação - Volume: XVII

1. Reflexiones litúrgicas y bíblicas

Nos parece obvio que la presentación de esta celebración, antes de entrar en el tiempo de Pasión nos hable de la transfiguración de Jesús, en donde su rostro cambio, y sus vestidos brillaban de blanco (Lc 9.29) y de ese brillo hace mención Pablo en 2 Co 4.3-6. No dudamos por un momento que el relato de la Transfiguración hecho por los evangelistas es un relato ex eventu, porque la verdadera transfiguración de Jesús ocurre cuando él es el Mesías en la Cruz y en la Resurrección. Pero era necesario explicarle a los judíos que este era el que tenía que venir y para eso se debía colocarlo dentro de la tradición en donde Elías debe aparecer abriendo el camino al Mesías (de allí las preguntas a Juan Bautista si era Elías) y Moisés. Había la promesa de Deuteronomio 18.15: Un profeta de los tuyos, de tus hermanos, como yo, te suscitará el Señor, tu Dios; a él le escucharán. Era necesario, entonces la aparición de Elías y Moisés que mostraban al Profeta que entregaría la nueva ley a Israel. Los judíos creían que el Mesías vendría a ensenar como cumplir mejor la Ley de Dios. Y aquí los evangelistas los colocan como avales del ministerio de Jesús, tratando de demonstrar que Jesús era mayor que los otros dos. Y de esto viene, inmediatamente la pregunta ¿ por qué motivo el texto de esta festividad, del Transfiguración de Jesús, tiene que ser la narración del Deuteronomio sobre el final de Moisés? (Dt 34.) Seria comprensible si se trata de relacionar a Jesús con el Liberador, el hombre del Éxodo, si es que la tendencia teológica dominante fuese la así llamada Teología de la Liberación, tan mal traída en estos últimos anos.

Pero hay algo más, algo que está en la intención de los evangelistas, especialmente de Mateo, aunque aquí no se trate. El rabino Mateo quiso colocar a Jesús como el nuevo Moisés entregando la nueva Ley. Me parece que esa es su intención en el Sermón del Monte (Mt 5-7). Pero sucede que Dios en su bondad transforma aquí la Ley en Evangelio. Es cierto que Lutero y aún Bultmann han afirmado que las bienaventuranzas son formas de enfrentamos con nuestra propia realidad y reconocer nuestra incapacidad y así no quedar excluidos de ellas debido a nuestra incapacidad de poder cumplir con lo que se nos pide. Y gracias a Dios que es así, pero me parece que la clara intención de Mateo es colocar el Sermón del Monte al estilo de la Ley mosaica, la cual hay que cumplirla escrupulosamente para salvarse.

Pero volvamos al texto de Dt 34. Nos habla del final de Moisés en donde Dios lo hace subir al Nebo o Pisgá (que son nombres paralelos de una misma montaña) y el Señor le mostro toda la tierra. Se sabe que en un día claro se puede ver desde el Nebo el Mediterrâneo, o sea, todo lo que entonces era la tierra de Canaán. Y el Señor le dice que la verá pero que no entrará en ella.

Ahora, una pregunta: ¿Por qué Mateo coloca como tercera tentación la que Lucas coloca como segunda? Se dice que posiblemente en Q se trate de un solo y mismo instante. Pero veamos una hipótesis que tiene relación con el texto de la predicación. En las dos tentaciones anteriores, y en la forma de presentar el lugar: desierto, 40 días, ayuno, nos coloca a una réplica de Moisés. También las respuestas, todas las que Jesús dice están tomadas del Deuteronomio (Dt 8.3; 6.16; 6.13) y en relación a la tentación del Pueblo israelita en Masah. En esta tercera tentación entra otro factor, un ejemplo antitético de Dt 34.1-12.

El demonio, el gran engañador, que no tiene poder, lleva a Jesús a un monte alto. Dios había hecho subir a Moisés al Nebo. Tanto en la descripción de Mt como en la del Dt desde allí se veían todos los reinos. El demonio, que no tiene ningún poder se los ofrece con la condición de que lo adore. Dios, que es el Señor y dueño de todo, no solo no le ofrece nada a Moisés sino que le dice Te he permitido vería con tus ojos, mas no pasarás allá. (Dt 34.4b). Jesús, el nuevo Moisés, es mayor que el Legislador y no se ha dejado tentar como Israel en el desierto. Es una forma de Tranfiguración. La brillante luz ha derrotado a las tinieblas. Ha vencido al diablo, es decir al adversario de Reino de Dios, que es mentiroso y falso.

Bultmann piensa que ese diablo de que hablan los evangelistas era posible mente un fariseo que lê hacía la vida imposible al Señor, con sus preguntas capciosas, ya que toda la conversación entre Jesús y el diablo está en la clásica forma de discusión rabínica. La mentira, las tinieblas y los torcidos argumentos no han lo grado su objetivo de retrasar el Reino de Dios que llega con Cristo.

Ahora, ¿ qué se puede decir en la prédica? Me parece que hablar sobre Moisés, la ascensión al monte y su muerte, especialmente en la temporada litúrgica que comienza en que el Pueblo de Dios se prepara para seguir a Jesús en su testimonio que termina, gloriosamente en la Cruz no es lo más apropiado. Creo que seria conveniente remarcar la Promesa de Dios hecha a su Pueblo de entrar a poseer la tierra ofrecida por él. De esta forma la luz y brillo anticipado de la transfiguración iluminará las sombras de los días a venir que culminarán en el Calvario. Es la forma de predicar la Buena Nueva, especialmente en nuestros países en donde la gran mayoría espera ansiosa su tierra en donde vivir. En Chile, después de los 17 anos de Dictadura tenemos una aparente economía exitosa, una inflación baja (0,1% de inflación en el mes de febrero de 1991), una infraestructura magnífica, lugares del país que solo se pueden comparar con los elegantes centros de moda existentes en el Primer Mundo, pero junto a esto tenemos 800 mil personas que no tienen casa. El Gobierno promete construir este ano 150 mil, pero aún quedarán 650 mil sin techo, en un clima duro y frio como es el invierno chileno. A esa gente, a esos que no tienen ni siquiera lo más necesario está dirigida la Promesa de Dios de este texto, Moisés no entrará, solamente la verá de lejos, pero si el Pueblo que ha confiado en el Señor, ellos disfrutarán de la tierra donde mana miel y leche. Serán, también los desposeídos los que llegarán, con la justicia social sana y real, a poseer lo que nunca han tenido dentro de esta gran sociedad consumista. Tendrán su casa, alimentos necesarios, ropa, un lugar abrigado en el invierno para resguardarse del hielo. Y se cumplirá el himno de Maria: a los hambrientos los colmaste de bienes y a los ricos los sacaste vacíos”. Será también la forma en que el uno pueda comprender al otro, cuando se halla colocado en los zapatos del otro con todos los problemas. Entonces será propicio el tiempo para la Reconciliación tan buscada y tan falsamente presentada. Esa es la forma de entrar a la Tierra que Dios ha prometido: con humildad, agradecimiento y confianza.

2. Subsidios litúrgicos

1. Confesión de pecados: Señor de los Ciclos y de la Tierra, te pedimos: Preserva nuestros corazones ante la intranquilidad y haznos dejar de lado el temor de perder Io que tenemos y podamos así aprender que el Pan solo puede aumentar si Io compartimos con los que no tienen. Eso es hacer efectiva entre nosotros tu transfiguración y tu brillo. Ensénanos que no es nuestra misión levantar un lugar para gozar de esa visión celestial, sino levantar muchos miles de casas para que ese Cristo anónimo no padezca hambre, frio, desprecio ni sea mirado menos que un hombre. Haznos fuerte para resistir a las tentaciones satánicas que quieren colocamos en la cumbre del mundo, a base del sufrimiento de todos los demás.
Escúchanos por medio de Jesucristo quien contigo y con el Espíritu Santo nos ha dado la vida para compartiría y estar prontos a servir. Señor Dios Todopoderoso, eres el principio y el fin de los tiempos, por los siglos de los siglos. Amén.

2. Oración de la Iglesia: Señor Dios Todopoderoso, Padre de nuestro Salvador y Hermano Jesucristo, tu has hecho visible lo invisible para que los hombres puedan ver tu brillo de justicia, de paz y de amor. Te pedimos por las multitudes que en nuestra tierra pasan angustias, tristezas y miserias, sin que nadie los escuche ni les haga caso. Señor ellos vuelven sus rostros a ti, como los apóstoles en el labor y tu les muestras una nueva tierra en donde reina Tu Paz. Te pedimos especialmente por nuestros aborígenes, que nuestros antepasados y nosotros hemos maltratado desde que se descubrió este continente. Siempre han estado marginados de nuestras sociedades, de nuestras vidas y de nuestras iglesias. Cuidalos, Señor, y perdona a nuestros padres y a nosotros el no haberlos sabido amar como tu los amas, y por no haber visto en ellos el rosto de Jesucristo humillado y cargando la cruz. Te pedimos por todos los que han tomado tu cruz con humano temor. Señor, Luz del cielo y de la tierra, haz que cumplamos tu voluntad. Protégenos y cúidanos, por Jesucristo. Amén.

3. Bibliografia

BUBER, M. Moisés. Buenos Aires, Ediciones Imán, 1949.
BUBER, M. Die fünf Bücher der Weisung (Reden). Traducción del A.T. al alemán junto con Franz Rosenzweig, Heidelberg, Verlag Lambert Schneider, 1976.
BULTMANN, R. Die Geschichte der synoptischen Tradition. Göttingen, Vandenhoeck & Ruprecht, 1964.
Comentário Bíblico San Jerónimo. Tomo I, Antiguo Testamento I, Madrid, Ediciones Cristiandad, 1971.


Autor(a): Eugênio Araya
Âmbito: IECLB
Natureza do Domingo: Epifania
Perfil do Domingo: Último Domingo após Epifania
Testamento: Antigo / Livro: Deuteronômio / Capitulo: 34 / Versículo Inicial: 1 / Versículo Final: 12
Título da publicação: Proclamar Libertação / Editora: Editora Sinodal / Ano: 1991 / Volume: 17
Natureza do Texto: Pregação/meditação
Perfil do Texto: Auxílio homilético
ID: 17975
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