Marcos 7.1-8,14-15,21-23

Auxílio Homilético

30/08/2009

Prédica: MARCOS 7.1-8,14-15,21-23
Leituras: DEUTERONÔMIO 4.1-2,6-9; TIAGO 1.17-27
Autor: Pedro Kalmbach
Data Litúrgica: 13º Domingo após Pentecostes
Data da Pregação: 30/08/2009
Proclamar Libertação – Volume: XXXIII

1. Introducción

El texto de Marcos muestra la divergencia entre Jesús y los judíos ortodoxos de su tiempo. Estos, con el correr de los años, fueron construyendo a partir de la ley de Moisés una religión basada en prohibiciones y en observancias puntuales y formales. De esta manera existía una serie de reglas y reglamentaciones que gobernaban las acciones y las diferentes situaciones de la vida. La preocupación por cumplir estas reglas llegó a opacar la propia Ley de Dios en su significado original y en su importancia para la vida. Ya no importaba tener “estatutos y juicios justos como la ley” (Dt 4:8) que Dios había dado al pueblo de Israel en su travesía por el desierto. Jesús no quiere saber nada de este tipo de religión y acusa a los fariseos y escribas el hecho de abrazar la tradición de los seres humanos a cambio de abandonar el mandamiento de Dios.

2. Sobre el texto

En este texto adquiere relevancia, como lo señala el comentario de Elaine Gleci Neuenfeld (PL XXXI), el tema de la pureza y de la impureza en cuanto delimitadora de la identidad de un grupo. Los discípulos habían dejado de cumplir ciertas reglas de pureza, en relación a las comidas, que eran propias del judaísmo de la época. Por esta razón, un grupo de fariseos y de escribas reprochan a Jesús el hecho de que sus discípulos estaban transgrediendo la tradición de los ancianos. Jesús les contesta con un reproche aún mayor porque parte de la base de que la preocupación de sus interlocutores se refiere al cumplimiento de los mandatos de Dios y con ello a tener la bendición de él. Citando al profeta Isaías los acusa de hipócritas, y señala que ellos se aferran a la tradición de los hombres dejando de lado el mandamiento de Dios (vs 6-8). En los vs 9-13 Jesús da un ejemplo de esta actitud mostrando cómo las leyes de la tradición estaban invalidando la palabra de Dios. Seguidamente se dirige a las demás personas que estaban presentes en el lugar y les habla sobre las transgresiones que son causa de impureza ante los ojos de Dios. Las mismas se refieren al ámbito de las relaciones pasando de esta manera de la observancia de rituales, ceremonias y reglas cultuales (insistencia de los fariseos y maestros de la ley) a la observancia de lo ético.

De esta manera las acusaciones de Jesús hacia los fariseos y maestros de la ley tienen que ver básicamente con lo siguiente: a) El legalismo en que habían caído. Esto los llevó a que se preocuparan por las prácticas exteriores sin importar el corazón ni los pensamientos. Por eso los tilda de hipócritas. b) El hecho de que hayan substituído las leyes de Dios por la tradición y por los argumentos e interpretaciones de los expertos legales. Esto llevó a que se olvidaran que las acciones importantes son aquellas que hacen a las relaciones humanas (de los seres humanos entre sí y de estos con toda la Creación).

Al declarar que nada de lo que entra en el ser humano puede contaminarlo, Jesús está haciendo una afirmación fuerte, casi revolucionaria, frente a los expertos de la ley. En Levítico 11, por ejemplo, aparece una larga lista de animales impuros que no pueden ser usados como alimento. En diferentes momentos de la historia del pueblo de Israel esta ley fue tomada muy en serio. Así por ejemplo, en la época de los Macabeos el rey sirio Antíoco Epífanes queriendo extirpar la religión judía exigió que los judíos comieran carne de cerdo. Mucha gente murió en esa ocasión por negarse a comerla debido a que se trataba de un animal considerado inmundo (1° Macabeos 1:62-63). En el segundo libro de los Macabeos, capítulo 7, se narra la historia de una viuda que tuvo que presenciar la tortura y muerte de sus siete hijos que se negaron a comer carne de cerdo. Por eso no sorprende que hasta los discípulos de Jesús estuvieran asombrados por sus afirmaciones, pues con ellas estaba menospreciando y borrando las leyes por las cuales muchos judíos habían sufrido y muerto.

Jesús declara limpios todos los alimentos y afirma que lo que contamina al ser humano es lo que sale de él. Seguidamente enumera una lista de cosas que salen del corazón humano y que son impuros ante los ojos de Dios (vs 21-23). Todas ellas, como ya fue señalado, tienen que ver con el ámbito de las relaciones humanas.

3. Meditación

Desde que tengo memoria buena parte del mundo occidental se define como “la sociedad occidental y cristiana”. Hasta hace aproximadamente 12 o 15 años atrás el presidente de la República Argentina debía profesar la fe cristiana según la Iglesia Católica Apostólica Romana. Hasta el día de hoy muchos gobernantes (diputados, senadores, gobernadores) juran sobre la Biblia desempeñar fiel y honestamente sus funciones y luego, la mayoría de las veces, no cumplen con lo prometido. Protocolos, formalidades, reglas, residuos de una historia de conquista y de cruzadas. Pero, ¿qué es realmente importante ante Dios?

¿Cuántas veces en la vida nos manejamos también nosotros con protocolos y formalidades y pensamos que de esa manera obramos correctamente?
Los textos nos confrontan hoy con la pregunta sobre el por qué de nuestra decisión de ser cristianos. Ellos nos interpelan y nos “sacuden” ante la tendencia de dejarnos llevar por la inercia de las costumbres y de las formalidades. A Dios no le interesan las formalidades, tampoco el “hacer de cuenta”. “Sed hacedores de la palabra y no tan solo oidores” (Stgo 1:22). Lo que importa es lo que sale del corazón y no el simple cumplimiento de reglas y de observancias. Dios quiere que se cumpla su mandamiento y este se refiere a la relación con él y entre los seres humanos. Los textos nos invitan a tomar conciencia de nuestras actitudes y a evaluarlas a partir de lo que afirmamos que creemos. “Busquen ser coherentes”, podrían haber dicho Jesús y el autor de la carta de Santiago. “Si dicen que creen en Dios no conviertan sus costumbres, ni sus tradiciones sociales y culturales en el centro de sus vidas, pues eso es creado por las personas.” A partir de aquí surgen desafíos para la vida de las comunidades cristianas, especialmente para aquellas que centralizaron sus actividades y su dinámica alrededor del seguimiento de determinadas tradiciones y costumbres, o que colocan en el centro de la vida cristiana el mantenimiento de reglas y de leyes morales sin preguntarse por el sentido ético de las mismas. Lo que importa es lo que sale del corazón en la relación con el prójimo y con toda la Creación de Dios. Es por eso que la vida cristiana no consiste en el cumplimiento de formalidades, ni de tradiciones sino en “visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones” (Stgo 1:27), en “amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo” (Mt 22:37-38).

Creo que en la situación social y económica que estamos viviendo, situación marcada por la veneración del consumo y de la confianza en lo material, los textos también nos interpelan y “sacuden” ante la tendencia de depositar nuestra confianza en las cosas hechas por el ser humano. Los textos quieren “quebrar” esa confianza y motivarnos a confiar en el poder interno que nace a partir de la fe en Cristo Jesús. Este giro en la confianza puede significar consuelo y liberación, realización y llamado, especialmente allí donde las condiciones externas se muestran frágiles y pasajeras. Sobredimensionar la importancia de lo material y del consumo lleva al peligro del vacío existencial y del quiebre allí donde se fracasa en el cumplimiento de las exigencias que imponen las leyes de la lógica consumista, o donde no se dispone de los medios para cumplirlas.

4. Imágenes para la predicación

En muchas iglesias es conocida la siguiente expresión: “Hay personas que son cristianas los domingos en el culto pero durante la semana viven como si no conocieran a Cristo. O también: cristianos de cuatro tiempos, porque solamente aparecen para el bautismo, la confirmación, la bendición nupcial y el sepelio”.

Cuántas veces sucede que personas desean celebrar bautismos, confirmaciones o bendiciones nupciales motivadas por la tradición o por lo que supuestamente corresponde realizar para estar bien ante Dios y ante la comunidad. Es interesante señalar que tradicionalmente la confirmación es el momento en que la persona profesa su fe y expresa el deseo de integrar la iglesia en la que se confirma. Sin embargo las estadísticas muestran que por lo menos un 80% de los jóvenes que se confirmaron dejan de participar de las actividades de su comunidad cristiana una vez confirmados.

Se puede hablar de las apariencias y formalidades presentes en la propia comunidad.

En cuántas comunidades no sucede que en algunos grupos se habla de otras personas (no presentes en el grupo) señalando sus errores, emitiendo juicios de sus actitudes (chusmerío, fofoca), queriendo aparentar ser mejores que ellos. Al respecto una historia:

En una ocasión alguien le dijo a Sócrates: “Escúchame Sócrates, tengo que contarte algo de tu amigo…”

“Espera”, le dijo el sabio. “Eso lo que me vas a contar ¿lo pasaste por los tres coladores?”

“¿Los tres coladores?”, preguntó el otro.

“Sí, mi amigo. Los tres coladores. Déjame ver si lo que me vas a contar lo pasaste por los tres coladores. El primer colador es el de la verdad. ¿Comprobaste si lo que me vas a contar es cierto?” “No sé. Yo escuché que alguien lo dijo.”

“Aha. Bueno. Pero seguramente lo pasaste por el segundo colador. Ese es el colador de la bondad. Lo que me vas a contar, ya que no sabés si es totalmente cierto, ¿es algo bueno?”

Molesto el otro contestó: “No, al contrario, es algo…”

Sócrates lo interrumpió: “Entonces por lo menos hay que pasarlo por el tercer colador. Eso lo que me vas a contar, ¿es necesario que me lo cuentes?”

“Bueno, necesario no es.”

Sonriendo Sócrates le dijo: “Si lo que me vas a contar no es cierto, no es bueno y no es necesario ¡déjalo enterrado y no te preocupes ni me preocupes a mí con eso!”

Ideas para ser trabajadas con grupos
Podría ser interesante y desafiante trabajar con jóvenes, con adolescentes u otros grupos el tema de las apariencias e incoherencias. De esa manera puede realizarse una teatralización en la cual se presentan escenas de nuestra vida que tienen que ver con incoherencias, con el sobredimensionamiento de la tradición, con apariencias (P.ej.: Una pareja muy religiosa que va mucho a la iglesia; en el día a día ella vive mirando las novelas y él vive haciendo negocios – compra de tierras y de bienes – aprovechándose de la situación crítica de los pequeños colonos, comprando bienes a la mitad de su valor. Tienen una hija a la que le dan muchas cosas materiales pero no le brindan de su tiempo ni afecto. La hija tiene serios problemas afectivos y de relación. Ella termina siendo adicta.).

5. Subsidios litúrgicos

Confesión de pecados:
Bondadoso y eterno Dios, te pedimos perdón porque tantas veces colocamos en primer lugar nuestras tradiciones mientras nos vamos volviendo insensibles y ciegos, ignorando los espacios de muerte en nuestra sociedad y en nuestras iglesias.
Perdónanos nuestras indiferencias frente al sufrimiento y frente a la destrucción de la vida.
Perdónanos por nuestros prejuicios, por no correr las grandes piedras de la intolerancia, por el desprecio que muchas veces expresamos por quienes son diferentes a nosotros.
Perdónanos por no ser fuentes de vida nueva que nos permita compartir y festejar allí donde otras personas ven solamente miedo y muerte.
Perdónanos porque tantas veces vemos “la paja en el ojo ajeno” sin darnos cuenta del “tronco que llevamos en el propio ojo”.
Por todo eso, Padre nuestro, pedimos perdón.

Anuncio de la gracia:
“Pues por la bondad de Dios han recibido ustedes la salvación por medio de la fe. No es el resultado de las propias acciones, de modo que nadie puede gloriarse de nada.” (Ef 2:8ª,9) Rindamos gloria a ese Dios bondadoso cantando: …

Oración de colecta:
Bondadoso y eterno Dios, vos nos liberás de nuestro orgullo y nos transformás en personas tolerantes, abiertas, capaces de amar. Imploramos por tu presencia liberadora en este culto. Ábrenos los corazones y las mentes para que tu Palabra sea nuestra fuente de orientación, de esperanzas, de consuelo, de comunión. Te lo pedimos humildemente por Cristo Jesús, tu Hijo y nuestro Señor. Amén.

Oración de intercesión:
Bondadoso y eterno Dios, tu nos amaste primero y nos sigues amando. Tú te entregaste a nosotros y te sigues entregando. Tú te colocaste a nuestro servicio y nos sigues sirviendo. Es por eso que también nosotros podemos amar, entregándonos y sirviendo a las demás personas. Te pedimos que nos ayudes a liberarnos de las formas y tradiciones que muchas veces nos mantienen “atados” y no nos permiten dar testimonio de tu misericordia y justicia. Te pedimos por las personas que no pueden sentir tu amor y tu presencia en sus vidas y que por eso tampoco se sienten llamadas a servir y a amar. Dales, oh Dios, el consuelo y la paz que vienen de ti.
Buen Dios, pedimos por las personas que están enfermas. Házte presente en sus vidas, dales tu sustento para que puedan recuperarse. Otórgales el apoyo diaconal de familiares, de amigos y de la comunidad. Intercedemos por las familias que enfrentan situaciones de conflicto por causa de una crisis conyugal, por causa de adicciones, por la falta de trabajo, o de otro problema. Dales tu Espíritu, para que en medio del conflicto puedan encontrar la orientación y la sabiduría necesarias y que así pueda reinar el diálogo y la búsqueda sincera de soluciones.
Bondadoso y eterno Dios, te pedimos por las iglesias cristianas en el mundo entero y por nuestra comunidad aquí. Ayúdanos a ser fieles testigos tuyos en este mundo que está tan cargado de dolor y de egoísmo.
Dios Padre, todopoderoso, te pedimos por los gobernantes y por todas las personas que tienen cargos de responsabilidad en el Estado y en las demás instituciones. Ábreles el corazón y las mentes para que puedan ejercer su responsabilidad con coraje, sabiduría y sensibilidad. Para que trabajen y gobiernen en función de la dignidad de las personas y no de los propios intereses y del propio bolsillo. Te lo pedimos por Cristo, nuestro Señor y salvador. Amén.

Bibliografía

BARCLAY, William. El Nuevo Testamento comentado. V. 3; Marcos. Buenos Aires: La Aurora, 1987.
TAYLOR, Vincent. Evangelio según San Marcos. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1979
 


Autor(a): Pedro Kalmbach
Âmbito: IECLB
Natureza do Domingo: Pentecostes
Perfil do Domingo: 13º Domingo após Pentecostes
Testamento: Novo / Livro: Marcos / Capitulo: 7 / Versículo Inicial: 1 / Versículo Final: 8
Título da publicação: Proclamar Libertação / Editora: Editora Sinodal / Ano: 2008 / Volume: 33
Natureza do Texto: Pregação/meditação
Perfil do Texto: Auxílio homilético
ID: 24557
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