Mateus 18.21-35

Auxílio Homilético

26/09/1993

Prédica: Mateus 18.21-35
Leituras: Gênesis 50.15-21 e Romanos 14.5-9
Autor: Ilo Utech
Data Litúrgica: 17º Domingo após Pentecostes
Data da Pregação: 26/09/1993
Proclamar Libertação - Volume: XVIII


1. Presentación del texto


La temática central de nuestro texto es el perdón. En el versículo 21, Jesús es preguntado por Pedro cuantas veces hay que perdonar los pecados a un hermano. Jesús le contesta (vers. 22), que el perdón no tiene límites, además cuenta una parábola (vers. 23-35), al que no solo responde a la pregunta de Pedro sino que da elementos para una ética cristiana. Pero, veamos qué elementos nos trae la parábola. Partiendo del hecho que el Rey representa Dios y el empleado los seres humanos, llegaremos a algunas rápidas conclusiones: El hombre frente a Dios es un deudor. Deudor de una deuda impagable. El hombre lo único que puede hacer frente a su acreedor es clamar por misericordia, por comprensión ya que matemáticamente no tiene como pagar la deuda. Dios que conoce la realidad humana no solo aplaza o negocia la deuda, sino que la perdona. El hombre un deudor-pecador es perdonado y justificado por Dios (por medio de la muerte y resurrección de Jesucristo).

Ese perdón y esa justicia concedida por Dios conlleva a que el hombre también perdone y haga justicia. Dios abrió una nueva relación con los hombres, la cual es aceptada por medio de la fe, pero que por supuesto tendrá que desencadenarse en las relaciones humanas. Ahora los hombres tendrán que perdonarse unos a los otros. Aquí estamos tratando la esencia del Evangelio y por supuesto central para la teología luterana: Justificación y santificación / fe y obras. De modo que no se va a pagar ninguna deuda sino que se establece una correspondencia.

La pregunta que nos surge en si aquí se trata de una deuda real de carácter material. O si la deuda del hombre frente a Dios no es do otro tipo, de carácter espiritual o de la salvación escatológica de una supuesta deuda producto del pecado original. Sin embargo, nuestro texto habla de una deuda económica y de el perdón que anula esa deuda y de las consecuencias que dicho pago podría traer. Aquí también nos tendremos que reportar a una de las peticiones del Padre Nuestro (perdona nuestras deudas así como nosotros perdonamos nuestros deudores). Esta petición también establece una correspondencia entre el perdón de Dios y perdón entre los hombres. No hay dudas. Se trata de deudas producto de las relaciones sociales.

Insistimos que nuestro texto nos lleva a tomar en serio la relación de la teología y la economía. No es casual que nuestra parábola use una explicación económica para indicamos que el perdón de Dios y por supuesto todo el proyecto salvífico de Dios está inserto en el mundo económico. De ese modo la práctica del perdón se da dentro de un contexto determinado. Veamos:

2. Reflexión

En nuestros países de América Latina vivimos una economía de mercado como todos los países capitalistas. En ese mercado pueden participar todas las personas. Pero para que ese mercado funcione, existen leyes intrínsecas que no se ven, solo se sienten. Son leyes implícitas que aseguran su funcionamiento, por ejemplo la ley de la oferta y la demanda. Así mismo, existen instrumentos como son las instituciones financieras legales, que también son necesarias para el buen funcionamiento del mercado. La relación entre un acreedor y el deudor nos podrá ayudar a entender un aspecto de ese fenómeno. El acreedor puede ser el FMI, el banco, la casa comercial, el hacendado o el rico del pueblo y el deudor, el campesino que no tiene como producir. Su necesidad lo lleva a buscar una de esas instancias para solicitar un préstamo. Para proporcionar ese préstamo hay normas establecidas en un contrato que aseguran el pago de la deuda. Así la deuda en un elemento normal en esa relación, el cobro de la deuda también es legal, incluso — sostenido por la ley. Es parte de esa ética de la relación financiera del mercado. De modo que pagar la deuda es ser justo. Es señal de buena conducta. Es el buen ciudadano — dentro de esa ética. Lo que no paga la deuda os el que rompe las regias, por eso es sancionado y hasta condenado. La condena significa el embargo y la confiscación del pequeño terreno e otras pertenencias con las cuales entro en el juego del mercado. Así ese deudor pasa a ser parte de los desposeídos de ese sistema económico y pasa a engrosar el grupo de desocupados que solo tienen su fuerza de trabajo como bien.

En la ótica del mercado el perdón de las deudas no existe. La práctica del perdón (en todas sus dimensiones), quiebra las estructuras y los cimientos de una sociedad basada en el capital y el mercado. El perdón es la negación de la economía del mercado, porque es la afirmación de la vida.

La economía del Reino de Dios es otra. Versículo 23 el Reino de los ciclos es semejante a ... un rey que perdonó una gran deuda y espera que el perdonado también perdone. El perdón es uno de los fundamentos de esa nueva economía: el perdón crea una nueva relación humana. Es principio de afirmación de la vida contra la deuda y por ende la muerte. En la economía del mercado capitalista la lógica es pagar la deuda aunque esta lleva a la muerte.

Aquí estamos en el meollo de nuestro texto. Dios afirma la vida del pecador — deudor, perdonando su deuda (racionalmente impagable). Como reflejo espera que el también afirme la vida. Afirmar la vida hoy puede significar cruz, puede ser subversión... Evidente que en nombre de la ley se trata de una postura rebelde y por eso condenable. En nombre de la vida se trata de una actuación correcta. Perdón, entonces, es liberación de toda opresión. Dios concediendo su perdón nos está abriendo la puerta de la vida que nos autoriza a luchar en contra de aquello que niega esa vida.

3. Indicaciones para la predicación

3.1. Es muy importante conocer el contexto y la realidad en donde se va a transmitir el mensaje. Podría ser que para mis hermanos brasileños eso no dice mucho, pues conocen muy bien sus parroquias y la conformación social de sus comunidades. Yo he trabajado el texto en dos comunidades urbanas en las cuales iniciamos trabajo pastoral hace dos años. Se trata de comunidades pobres, desempleo de 60% y que sufren en carne propia todas las consecuencias del privatización del nuevo gobierno y todas as políticas del llamado reajuste estructural. O sea estamos relacionados y tratando con los excluidos y los crucificados. Son los que claman como el Señor en la cruz Dios mío, Dios mío porqué nos abandonaste. Así que hablarles de su gran deuda y su condición de pecador frente a Dios será una ironía. Es necesario presentar un Dios de rostro humano; que suda y camina a su lado en busca de una alternativa a esa realidad. De ningún modo se trata de santificar ese colectivo de pobres, pues también ellos reproducen los vicios y el pecado en los diferentes niveles.

3.2. Otro elemento importante es entender que una comunidad cristiana es una comunidad de perdonados, que siente la presencia de Dios, eso significado que la práctica del perdón tiene que ser efectivo entre nosotros mismos, en la familia, entre los vecinos...etc. El ejemplo de la economía de mercado es muy importante para entender a nivel global el pecado (perdón), dentro de las leyes económicas que la rigen, sin embargo en una comunidad es importante tomar en cuenta las relaciones humanas de dicha comunidad. Es necesario exhortar a la unión y organización y para eso hay que ir superando el individualismo y los resentimientos. No podemos ir contabilizando todo lo que los otros hacen a nosotros para desquitamos (en las comunidades que menciono hay ciertos resentimientos de carácter político entre personas de la UNO y del FSLN. Hay familias que perdieron sus hijos en la Revolución y los interpretan con actitud revolucionaria; otros, sin embargo, condenan la Revolución, pues fue ella que los quito a sus hijos y no logran ver el sentido en ese martirio).

Como comunidad cristiana, aceptados y perdonados por el Señor, no estamos llamados solo a lanzar piedras a los ricos y poderosos, a los gobiernos opresores etc. El mejor testimonio que podemos dar como comunidad es nuestra práctica diaria, que se reileja en nuestra organización y la solidaridad entre nosotros mismos.

4. Subsídios litúrgicos

1. Confesión de pecados: Señor, solo tu conoces todos nuestros pensamientos, nuestras angustias y nuestros sufrimientos. Ah, Señor, solo tu sabes todo que inventamos para poder sobrevivir... Cuantas cosas hemos aguantado y cuanto daño ya hemos hecho, algunas veces conscientes y otras veces no. Pero hoy queremos confesarte Señor que a pesar que somos víctimas de la injusticia también somos personas que reproducimos el pecado. Queremos siempre desquitar en alguien lo que nos hicieron. Queremos pedirte perdón, también por nuestro miedo en denunciar las injusticias que sufren nuestros hermanos y hermanas. Muchas veces somos indiferentes, actuamos como el levita y el sacerdote que pasaron de largo sin atender al herido.
Somos prepotentes y egoístas como ese trabajador que pidió perdón por sus deudas y lo recibió pero en la primera oportunidad apaleó al que le debía algunos cordobas. Por todos estos pensamientos y actitudes queremos pedirte perdón y que tengas piedad de nosotros...

2. Oración de colecta: Gracias Señor por ese momento de comunión. Gracias por tu perdón... perdón que para nosotros es sentimos hijos e hijas tuyos y formar mm sola familia. Queremos pedirte que tu Espíritu de reconciliación permanezca en medio de nosotros. Ayúdanos Señor para que tu Evangelio realmente se convierta en una buena noticia para los pobres. Que tu palabra llegue a nuestra mente y corazones y produzca frutos en medio de nuestra sociedad. Porque queremos ser tus instrumentos aquí en la tierra.

3. Oración final: Para la oración final proponemos que sea comunidad que la haga. Algunas personas pueden dar gracias por algo bueno (y la comunidad contesta: Te damos gracias Señor), otras pueden hacer algunas peticiones (en respuesta la comunidad dice: Te lo pedimos Señor). Si la comunidad no está acostumbrada con esa práctica hay de escoger algunas personas durante la semana para que tomen la iniciativa en este momento.


Autor(a): Ilo Utech
Âmbito: IECLB
Natureza do Domingo: Pentecostes
Perfil do Domingo: 17º Domingo após Pentecostes
Testamento: Novo / Livro: Mateus / Capitulo: 18 / Versículo Inicial: 21 / Versículo Final: 35
Título da publicação: Proclamar Libertação / Editora: Editora Sinodal / Ano: 1992 / Volume: 18
Natureza do Texto: Pregação/meditação
Perfil do Texto: Auxílio homilético
ID: 13556
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