Estudio Biblico 16 - 1 Corintios 14.33b-40

Mujeres en Tiempos de Coronavírus

27/08/2020

Estudio Biblico 16
Pastora Elisabet Lieven – IECLB
Iglesia Evangélica Cristiana Luterana de Brasil
Text: 1 Corintios 14.33b-40
Traducción: Elisa Pérez Trejo.
Iglesia Luterana Mexicana.

Nos trataron de callar, ahora gritamos si es necesario…

Lea el texto de 1 Corintios 14.33b-40 muy lento la primera vez.

Ahora, lea el texto por segunda vez. Lea en voz alta con la entonación que su corazón pide. Ahora respire hondo, 3 veces, llene su ser de aire y apáguelo  ... ¿Qué le dolió en el fondo de su alma? ¿Qué palabras te hacen romper el silencio y gritar en este momento?

Estas palabras de Pablo siempre nos molestan. ¡Gracias a Dios! Es liberador no quedarse callado ante estas palabras que se han impuesto a las mujeres durante tanto tiempo.

¿Cómo un hombre muy valorado por su gran testimonio de fe nos trae mandamientos de conducta que nos ordenan no ser mujeres a la imagen de Dios? ¿No entendió Pablo profundamente todas las enseñanzas del Evangelio de Jesucristo? Entonces, ¿por qué actuó así? No se les permite hablar. Las mujeres no deben hablar, expresar su opinión, ocupar puestos de liderazgo. ¡Es vergonzoso que una mujer hable en la iglesia para que haya decencia y orden! Incluso hoy la gente aprueba estas palabras bíblicas y las usa. La violencia religiosa quiere silenciar la voz de las mujeres, quitarle el poder que viene del grito, de la denuncia y decirle NO a todo lo que no te hace bien. Silencio a las mujeres en la Iglesia, en la sociedad.

Bueno, si los hombres querían que las mujeres se callaran, era porque hablaban, cuestionaban, discutían y marcaban la diferencia, tal como lo presenciamos hoy en las iglesias de todos los continentes. ¿Olvidaron que había discípulas junto a Jesús y se quedaron con él en tiempos de dolor y abandono en la cruz? ¿Y fueron ellas las que recibieron el primer anuncio de resurrección para ser mensajeras de las buenas nuevas? ¡¿No se dio cuenta Pablo de que en la casa de Lidia, donde se fundó la primera Iglesia en Roma (es decir, en Europa!), ¿Había un liderazgo totalmente comprometido con servir al Reino de Dios? Necesitaban a las mujeres en la ardua tarea de difundir el Evangelio y ¿eso lo asustó por la fuerza inquebrantable? Podemos imaginar que Pablo temía a las mujeres que buscaban el cambio con valentía y valentía. Eduardo Galeano (¡hombre!) Define muy bien el machismo: “El machismo es el miedo a las mujeres sin miedo”.

Hay biblistas que argumentan que las palabras torcidas pronunciadas por Pablo son adiciones al texto original para excluir a las mujeres de puestos importantes en las iglesias y promover su silencio. (según el documento “Política de justicia de género”, elaborado por la Federación Luterana Mundial, pág. 27). Sentimos en nuestra piel cómo estas palabras excluyentes han masacrado, quemado y humillado a las mujeres cristianas a lo largo de los siglos. Nos gustaría responder a Pablo: “¡Queremos decir todo lo que nos ahogamos y tragamos, queremos cantar todas nuestras canciones y recitar toda nuestra poesía! ¡Queremos vivir la libertad de ser lo que somos sin tener que demostrar nada y sentirnos culpables por nada!

Amigas ...

- ¿Qué tienes que decirle a Pablo que quiere encerrarnos en la iglesia, en la sociedad y dentro de nuestra casa?

- ¿Qué palabras has bloqueado o silenciado? ¿De dónde vienen estos dolores en todo el cuerpo, estos nódulos y tensiones, estos gritos sofocados?

Hay días que parece que lograron callarnos ... nos cansaron y hasta sacaron las reservas. ¡Mujer! Somos hijas bendecidas con innumerables dones y ¡Dios en Su Reino cuenta con nosotros! ¡Gritaremos si es necesario! Ya no podemos soportar tanto dolor, lágrimas, desprecio, desigualdad. ¡Queremos dignidad! “Nos han sembrado el miedo, nos han crecido alas” Vivir Quintana. ¡No estamos solos! ¡Somos muchas y esperamos cielos nuevos y tierra nueva! Las próximas canciones muestran nuestro de la mano de mujeres que dicen no al silencio impuesto: https://www.youtube.com/watch?v=l4nfh__gBjU

Canción Sin Miedo - Vivir Quintana
(part of El Palomar)

Que tiemble el Estado, los cielos, las calles
Que tiemblen los jueces y los judiciales
Hoy a las mujeres nos quitan la calma
Nos sembraron miedo, nos crecieron alas

A cada minuto, de cada semana
Nos roban amigas, nos matan hermanas
Destrozan sus cuerpos, los desaparecen
No olvide sus nombres, por favor, señor presidente

Por todas las compas marchando en Reforma
Por todas las morras peleando en Sonora
Por las comandantas luchando por Chiapas
Por todas las madres buscando en Tijuana

Cantamos sin miedo, pedimos justicia
Gritamos por cada desaparecida
Que resuene fuerte: ¡Nos queremos vivas!
¡Que caiga con fuerza el feminicida!

Yo todo lo incendio, yo todo lo rompo
Si un día algún fulano te apaga los ojos
Ya nada me calla, ya todo me sobra
Si tocan a una, respondemos todas

Soy Claudia, soy Esther y soy Teresa
Soy Ingrid, soy Fabiola y soy Valeria
Soy la niña que subiste por la fuerza
Soy la madre que ahora llora por sus muertas
Y soy esta que te hará pagar las cuentas

¡Justicia! ¡Justicia! ¡Justicia!

Por todas las compas marchando en Reforma
Por todas las morras peleando en Sonora
Por las comandantas luchando por Chiapas
Por todas las madres buscando en Tijuana

Cantamos sin miedo, pedimos justicia
Gritamos por cada desaparecida
Que resuene fuerte: ¡Nos queremos vivas!
¡Que caiga con fuerza el feminicida!
¡Que caiga con fuerza el feminicida!

Y retiemblen sus centros la tierra
Al sororo rugir del amor
Y retiemblen sus centros la tierra

 


Autor(a): Elisabet Lieven
Âmbito: IECLB
ID: 58803
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