Bautismo, Eucaristia y Ministerio - Prefacio

Prefacio

El Consejo ecuménico, de las Iglesias es « una comunidad fraternal de Iglesias que confiesan a Jesucristo Nuestro Señor como Dios y Salvador según las Escrituras y se esfuerzan en responder conjuntamente a su vocación para gloria del único Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo » (Constitución).

El Consejo ecuménico está aquí claramente definido. No es una autoridad universal que ejerza un control sobre lo que los cristianos deberían creer y hacer. Sin embargo, en sólo tres decenios ha llegado a ser una comunidad notable que reúne ya unas trescientas Iglesias. Estas Iglesias representan una rica diversidad de culturas, tradiciones, liturgias en numerosas lenguas, existentes en toda clase de sistemas políticos. Todas ellas se encuentran comprometidas en una estrecha colaboración de testimonio cristiano y de servicio. Al propio tiempo, luchan conjuntamente para alcanzar la meta de la unidad visible de la Iglesia.

La Comisión de Fe y Constitución del Consejo ecuménico asegura un apoyo teológico a los esfuerzos de las Iglesias hacia la unidad. En efecto, la Comisión ha recibido de los miembros del Consejo el encargo de recordarles en forma constante su obligación aceptada de trabajar en pro de la manifestación del don Dios de la unidad de la Iglesia, de modo más visible. Por esta razón, la finalidad claramente establecida de la Comisión es la de « proclamar la unidad de la Iglesia de Jesucristo y llamar a las Iglesias a hacer visible esta unidad en una sola fe y en una sola comunidad eucarística, expresadas en el culto y la vida común en Cristo, para que el mundo crea » (Reglamento).

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Si las Iglesias divididas han de llegar a la unidad visible a la que aspiran, una de las premisas esenciales será ponerse de acuerdo fundamentalmente en lo que atañe al bautismo, la eucaristía y el ministerio. Es lógico, pues, que la Comisión de Fe y Constitución haya dedicado la máxima atención a superar la división doctrinal en estos tres temas. Durante los últimos cincuenta años, la mayor parte de sus conferencias ha tenido alguno de estos temas como motivo central de sus discusiones.

Los tres textos son el fruto de un proceso de investigación que se remonta a medio siglo, a la primera Conferencia de Fe y Constitución en Lausanne, en 1927. El material fue discutido y revisado por la Comisión de Fe y Constitución en Accra (1974), en Bangalore (1978) y en Lima (1982). Entre uno y otro encuentro de la Comisión plenaria, la Comisión permanente y su Comisión de trabajo sobre el bautismo, la eucaristía y el ministerio, bajo la presidencia de Frère Max Thurian de la Comunidad de Taizé, prosiguieron el trabajo y la redacción.

Estos textos ecuménicos reflejan igualmente una serie de consultas y una colaboración continua con los miembros de la Comisión (aprobadas por las Iglesias) y con las Iglesias particulares mismas. La 5ª- Asamblea del Consejo ecuménico (Nairobi, 1975) permitió remitir al estudio de las Iglesias un primer texto impreso (serie Faith and Order No 73). Resulta significativo que más de cien Iglesias de todas las regiones y de todas las tradiciones enviaran comentarios detallados. Estos fueron cuidadosamente analizados en ocasión de una consulta celebrada en Crêt-Bérard, en 1977 (serie Faith and Order No 84).

Al propio tiempo, algunos problemas particularmente difíciles fueron también analizados en ocasión de consultas ecuménicas especiales realizadas sobre los siguientes temas : « Bautismo de niños y de adultos, en Louisville, en 1978 (serie Faith and Order No. 97), « Episcopé y Episcopado »), en Ginebra, en 1979 (serie Faith and Order No 102). El texto fue asimismo revisado por representantes de las Iglesia ortodoxas, en Chambésy, en l979. Finalmente, la Comisión de Fe y Constitución fue nuevamente autorizada por el Comité central del Consejo ecuménico, en Dresden (1981) a remitir el documento revisado (el texto de Lima, 1982) a las Iglesias, pidiéndoles una respuesta oficial, como etapa vital en el proceso ecuménico de recepción.

Esta tarea no ha sido llevada a cabo únicamente por Fe y Constitución. Los tres temas del bautismo, la eucaristía y el ministerio han sido objeto de estudio en muchos diálogos ecuménicos. Los dos principales tipos de conversaciones entre Iglesias, el tipo bilateral y el tipo multilateral, han probado que ambos eran complementarios y mutuamente benéficos. Los tres informes del Forum sobre las conversaciones bilaterales lo muestran muy a las claras : « Concepciones de la unidad » (1978), « Consenso sobre temas de acuerdo » (1979), « Autoridad y recepción » (1980) (serie Faith and Order No 107). En consecuencia, la Comisión de Fe y Constitución, en su propio estudio multilateral relativo a los tres temas, trató de construir, en todo lo que fuera posible, sobre la base de los descubrimientos particulares en provecho del movimiento ecuménico en su conjunto.

El testimonio de las Iglesias locales que han experimentado ya el proceso de unión por encima de las divisiones confesionales ha tenido también un peso preponderante en el desarrollo de este texto. Es importante reconocer que la búsqueda de la unión de las Iglesias locales y la búsqueda de un consenso universal están íntimamente ligadas.

Los cambios que se producen en la vida de las Iglesias son posiblemente de mayor influencia que los estudios oficiales. Vivimos en un momento crucial de la historia de la humanidad. A la par que las Iglesias avanzan hacia la unidad, se preguntan cómo su comprensión y práctica del bautismo, de la eucaristía y del ministerio están en relación con su misión en y para la renovación de la comunidad humana, y tratan de promover la justicia, la paz y la reconciliación. Este texto, por tanto, no puede ser disociado de la misión redentora y liberadora de Cristo por medio de las Iglesias en el mundo moderno.

Como resultado de los estudios bíblicos y patrísticos, de la renovación litúrgica y de la necesidad de un testimonio común, se ha producido una fraternal comunión ecuménica que a menudo trasciende las fronteras confesionales y en la que las antiguas diferencias se contemplan ahora bajo una nueva luz. Así pues, aunque el lenguaje de este texto sea muy clásico, en el esfuerzo de reconciliación de las controversias históricas, tiene una intención netamente contemporánea y relacionada con los contextos modernos. Este espíritu estimulará sin duda muchas reformulaciones del texto en los variados lenguajes de nuestro tiempo.

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¿Hasta dónde nos han llevado estos esfuerzos? Como queda de manifiesto en el texto de Lima, hemos alcanzado ya un notable grado de acuerdo. Desde luego, no hemos llegado todavía completamente a un « Consensus » (consentire), entendido aquí como esa experiencia da vida y de expresión de la fe necesaria para realizar y mantener la unidad visible de la Iglesia. Un tal consenso está enraizado en la comunión fundamentada en Cristo y en el testimonio de los apóstoles. En tanto que don del Espíritu, se realiza como una experiencia compartida antes de poder ser expresado por medio de palabras, en un esfuerzo concertado. Un consenso total no puede ser proclamado hasta después de que las Iglesias hayan alcanzado el punto en que puedan vivir y actuar juntas en la unidad.

Sin embargo, en el camino hacia la meta de su unidad visible, las Iglesias tendrán que pasar por diversas etapas. Se han visto de nuevo bendecidas por la mutua escucha y el retorno, llevado a cabo conjuntamente a las fuentes primeras, es decir a « la Tradición del Evangelio atestiguada en la Escritura, transmitida en y por la Iglesia, por el poder del Espíritu Santo ». (Conferencia mundial de Fe y Constitución, 1963).

Abandonando las oposiciones del pasado, las Iglesias han empezado a descubrir numerosas convergencias llenas de promesas en unas convicciones y unas perspectivas compartidas. Estas convergencias dan la seguridad de que, a pesar de la diversidad múltiple en la expresión teológica las Iglesias tienen mucho en común en su comprensión de la fe. El texto que resulta de ello tiende a convertirse en parte del reflejo fiel y suficiente de la tradición cristiana sobre unos elementos esenciales de la comunión cristiana. En el proceso de un crecimiento común, con una confianza mutua, las Iglesias han de desarrollar estas convergencias doctrinales, etapa por etapa, hasta que lleguen a ser capaces finalmente de declarar conjuntamente que viven en comunión unas con otras, en continuidad con los apóstoles y con las enseñanzas de la Iglesia universal.

El texto de Lima representa las convergencias teológicas significativas que Fe y Constitución ha discernido y formulado. Quienes saben hasta qué punto las Iglesias han sido divergentes en la doctrina de la práctica del bautismo, de la eucaristía y del ministerio, pueden apreciar la importancia y la medida del acuerdo detectado aquí. Prácticamente todas las confesiones tradicionales están incluidas en la participación en la Comisión. El hecho de que teólogos de tradiciones tan acentuadamente diferentes puedan ser capaces de hablar con una armonía tal del bautismo, la eucaristía y el ministerio es algo sin precedentes en el movimiento ecuménico moderno. Hay que notar con una atención particular el hecho de que la Comisión comprenda igualmente entre sus miembros de pleno derecho a teólogos de la Iglesia católica romana y de otras Iglesias que no pertenecen al Consejo ecuménico de las Iglesias.

Al hacer una evaluación crítica, hay que tener muy presente en el espíritu la intención primera de este texto ecuménico. El lector no ha de esperar encontrar en él una exposición teológica completa sobre el bautismo, la eucaristía y el ministerio. Esto no sería ni apropiado ni deseable. El texto de acuerdo se concentra intencionalmente sobre los aspectos del tema que están directa o indirectamente en relación con los problemas del reconocimiento mutuo conducente a la unidad. El texto principal muestra los puntos de convergencia teológica mayor ; los comentarios que se le añaden indican ya sea unas diferencias históricas superadas, ya unos puntos controvertidos que exigen aún estudio y reconciliación.

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A la luz de todos estos progresos, la Comisión de Fe y Constitución presenta ahora este texto de Lima 1982 a las Iglesias. Lo hacemos con una convicción profunda, pues nos hemos hecho cada vez más conscientes de nuestra unidad en el Cuerpo de Cristo. Hemos encontrado una razón de alegrarnos al redescubrir las riquezas de nuestra herencia común en el Evangelio. Creemos que el Espíritu Santo nos ha llevado hasta este tiempo kairos del movimiento ecuménico, en que las iglesias desgraciadamente divididas han llegado a ser capaces de alcanzar unos acuerdos teológicos sustanciales. Creemos que son posibles numerosos progresos significativos si, en nuestras Iglesias, tenemos el suficiente valor e imaginación para acoger el don de la unidad que Dios nos concede.

Como signo de su compromiso ecuménico, las Iglesias son invitadas a hacer posible el más amplio compromiso del pueblo de Dios, a todos los niveles de la vida de la Iglesia, en el proceso espiritual de recepción de este texto. En apéndice se dan unas sugerencias particulares en relación con el uso de este texto en el culto, el testimonio y la reflexión de las Iglesias.

La Comisión de Fe y Constitución invita ahora respetuosa mente a todas las Iglesias a preparar una respuesta oficial a este texto, al nivel más alto de autoridad adecuada, ya sea un Consejo, un Sínodo, una Conferencia, una Asamblea o cualquier otra institución. Para favorecer el proceso de recepción, la Comisión desearía conocer con la mayor precisión posible :

— hasta qué punto vuestra iglesia puede reconocer en el presente texto la fe de la Iglesia a través de los siglos ;

— Las consecuencias que vuestra Iglesia puede sacar de este texto para sus relaciones y diálogos con otras Iglesias, en especial con las que reconocen también el texto como expresión de la fe apostólica ;

— las indicaciones que vuestra Iglesia puede obtener de este texto en lo que concierne a su vida y su testimonio en el plano del culto, la educación, la ética y la espiritualidad ;

— las sugerencias que vuestra Iglesia pueda hacer para la continuación del trabajo de Fe y Constitución, en lo que se refiere a la relación entre el material de este texto sobre el bautismo, la eucaristía y el ministerio y su proyecto de estudio a largo plazo sobre « La expresión común de la fe apostólica hoy.
Es nuestra intención comparar todas las respuestas oficiales recibidas, publicar los resultados y analizar las implicaciones ecuménicas para las Iglesias, en ocasión de una futura Conferencia mundial de Fe y Constitución.

Cualquier respuesta a estas preguntas debería enviarse antes del 31 de diciembre de 1984 al secretariado de Fe y Constitución, Consejo ecuménico de las Iglesias, 150 route de Ferney, 1211 Ginebra 20 (Suiza).

Nikos Nissiotis, Moderador de la Comisión de Fe y Constitución

William H. Lazareth, Director del Secretariado de Fe y Constitución

Véa el documento acá.

 


 

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