Estudio Biblico 26 - 1 Crónicas 7:20-24

Mujeres en Tiempos de Coronavírus

23/11/2020

ESTUDIO BÍBLICO 26.
Juliana Alonso Pomposo.
Pastora y Profesora del Seminario Luterano Augsburgo, del programa de “Con perspectiva de Género SEMLA”.

 

Lectura Bíblica
1 Crónicas 7: 20-24 (TLA)

20-21  Los descendientes de Efraín fueron:

Sutélah,
Béred,
Táhat,
Eladá,
Táhat,
Zabad,
Sutélah,
Éser,
Elad.  

Éser y Elad fueron a Gat a robar ganado, pero los habitantes de ese lugar los mataron. 22 Efraín, su padre, lloró y estuvo de luto por mucho tiempo, y sus familiares llegaron a consolarlo. 23 Tiempo después, Efraín tuvo otro hijo con su esposa, y por la desgracia que había sufrido su familia, le puso por nombre Beriá, que significa «desgracia».24 Beriá tuvo una hija llamada Seerá, que edificó las aldeas de Bet-horón de abajo, Bet-horón de arriba y Uzén-seerá.

Acercándonos al texto

El texto mencionado nos relata la historia de una familia que vive al menos tres momentos interesantes. Primero, los hijos de Efraín roban ganado y por dicha acción son asesinados. Entonces, la familia se enfrenta a la pérdida de dos varones, que en este contexto implicaba no solo la pérdida de hijos, sino la posible pérdida de la propiedad y el “honor”.

Posterior a ello, se menciona el proceso de tristeza en el que se sumerge Efraín al no tener hijos varones y así, no tener descendencia. También se menciona que hay personas acompañándole en estos momentos, sin embargo, no logra superar su dolor, hasta que él y su esposa tienen otro hijo al cual ponen por nombre Beriá, que significa “desgracia”.

Este hijo “desgracia”, tiene una hija llamada Seerá. Una mujer que nace en un contexto familiar que ha sido azotado por la muerte, la tristeza y la desesperanza. Pero también que se enfrenta a una realidad patriarcal en la que aquello que se posee (si es que se tiene algo) corre el riesgo de perderse al no tener descendencia masculina, ya que el relato no nos habla de hijos varones, solo nos refiere que Beriá tiene una hija y con ello la posibilidad de pérdida de la propiedad. Sin embargo, el texto da un vuelco cuando refiere que Seerá edificó tres ciudades.

Una mirada femenina.

El texto no da más detalles sobre la vida de esta mujer, pero recurriendo a la hermenéutica de la sospecha,1 se puede pensar que en un contexto tan patriarcal y con una historia de familia tan compleja, esta mujer tuvo que esforzarse para hacer a un lado todos los prejuicios que le rodeaban (muerte, tristeza, depresión, desesperanza, y demás) para dar paso a un proceso de transformación que resguardó su vida, y la de muchas personas más.

A partir de este acercamiento se puede decir que Seerá rompe con los esquemas de su época, pues es notorio que lucha para que su voz sea escuchada, su trabajo sea reconocido y para desarrollar su liderazgo en un contexto donde los hombres eran quienes ejercían este tipo de actividades.

También es interesante pensar en lo que Seerá tuvo enfrentar a nivel familiar, con los esquemas que tuvo que romper para situarse como una mujer que logra establecer ciudades, que se abre camino en medio de las desgracias familiares y se coloca como una mujer autónoma, decidida, trabajadora, estratega, fuerte, resiliente, una gran líder.

Asimismo, es importante notar que las tres ciudades que esta mujer edifica se convierten en comunidades fuerte para el pueblo de Israel en más de una ocasión, librando de muerte y dando la victoria a aquellas y aquellos que buscaban el bienestar de las familias, de manera particular de las mujeres, niñas y niños.2

Un vistazo a nuestra realidad

Hoy en medio de situaciones tan complejas como la violencia, opresión, silenciamiento, intimidación y minimización hacia las mujeres, es interesante poder retomar el relato de esta mujer que no permitió que el pasado de su familia (muerte, depresión, desesperanza) y su propia historia (ser mujer en un contexto patriarcal) la limitaran, ni la detuvieran, más bien, toma acciones para crear espacios donde la “desgracia” se transforma en oportunidad para mejorar la calidad de vida de otras mujeres y sus familias.

También podemos observar a una mujer que desde la realidad del hogar-familia convierte los momentos de dolor y dificultad en construcción de espacios seguros, de protección y crecimiento para otras mujeres, niñas y niños.3 La capacidad de resiliencia a la que nos invita a reflexionar el texto es sumamente esperanzador en los momentos de dificultades personales, familiares y sociales a los que las mujeres nos enfrentamos en el día a día.

El texto también nos lleva a pensar en las formas en las que podemos construir “fuertes” (espacios) seguros para nosotras y otras mujeres, a partir de lazos fraternos de escucha, empatía, solidaridad, esperanza, fe, donde nuestras experiencias de dolor, pérdida, desesperanza, sean motores de fuerza que abracen y acompañen los procesos de transformación y liberación para otras mujeres.

En una sociedad donde impera la violencia, agresión y falta de empatía, existe la posibilidad de construir comunidades sororales, de encuentro, donde las mujeres podamos construir juntas espacios seguros para todas.

Sigamos dialogando

¿Cómo mis experiencias de vida puedan fortalecer la vida de otra mujer?

¿Qué “fuertes” podemos construir a partir de nuestras vivencias?

¿Cómo podemos trabajar nuestra resiliencia en comunidad?

- Se pueden compartir testimonios de transformación y liberación personal, familiar y/o comunitaria.

Notas:

1 Acercamiento a los textos bíblicos, analizando lo que dice y lo que no dice el texto, es decir, leer entre líneas tomando detenimiento en aquello que el texto oculta, tratando de buscar los por qué y encontrar en ellos líneas de liberación e igualdad.
2 1 de Macabeos 3: 13-24 Narra la batalla entre Serón el comandante del ejército de Siria y sus tropas, frente a Judas y unos pocos hombres del pueblo de Israel. En este relato se destaca que es en la ciudad de Bet-horón (baja) donde se desarrolla la batalla, saliendo como vencedores Judas y sus hombres. Una de las frases destacadas es que Judas obtiene la victoria
3 Se considera que Bet-horón alta constituía un lugar estratégico ante las posibles invasiones, mientras que Bet-hor baja, era un lugar de comercio que fortalecía la economía del pueblo.


Autor(a): Juliana Alonso Pomposo
Âmbito: IECLB
ID: 60111
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